Khayyam, tú o él, quizás yo,
no dejéis de coser las tiendas de la sabiduría
en la dolorosa travesía.
El ángel Edea jamás podrá cortar su columna vertebral
ni sanar su corpus coló zum sin ti, o él quizás Khaymah.
Khayyam, tú o él, quizás yo,
no dejéis de coser las tiendas de la sabiduría
en la dolorosa travesía.
El ángel Edea jamás podrá cortar su columna vertebral
ni sanar su corpus coló zum sin ti, o él quizás Khaymah.